16 de Julio
NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
Patrona de Chile
En Chile: Solemnidad
Antífona de entrada
Con gran alegría en el Señor,
celebremos todos, la solemnidad de nuestra Señora del Carmen, Madre y Reina de
Chile, en la que se alegran también los ángeles, alabando al Hijo de Dios.
Se canta o se dice el Gloria.
Oración colecta
Dios omnipotente, estos hijos tuyos
nos alegramos de tener como Protectora a la Santísima Virgen del Carmen, Madre
y Reina de esta Patria nuestra; concédenos por su materna intercesión, la
concordia y la justicia, y sus frutos de verdadera paz y prosperidad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos.
1ª Lectura
Lectura del primer libro de los
Reyes 18, 1-2. 41-46
Al tercer año, la palabra del Señor
llegó a Elías, en estos términos: “Ve a presentarte a Ajab, y Yo enviaré lluvia
a la superficie del suelo”. Entonces Elías partió para presentarse ante Ajab y
le dijo: “Sube a comer y a beber, porque ya se percibe el ruido de la lluvia”.
Ajab subió a comer y a beber, mientras Elías subía a la cumbre del Carmelo.
Allí se postró en tierra, con el rostro entre las rodillas.
Y dijo a su servidor: “Sube y mira
hacia el mar”. Él subió, miró y dijo: “No hay nada”. Elías añadió: “Vuelve a
hacerlo siete veces”. La séptima vez, el servidor dijo: “Se eleva del mar una
nube, pequeña como la palma de una mano”. Elías dijo:
“Ve a decir a Ajab: Engancha el
carro y baja, para que la lluvia no te lo impida”.
El cielo se oscureció cada vez más
por las nubes y el viento, y empezó a llover copiosamente. Ajab subió a su
carro y partió para Israel. La mano del Señor se posó sobre Elías; él se ató el
cinturón y corrió delante de Ajab hasta la entrada de Israel.
Palabra de Dios.
SALMO
Salmo
129, 1-8
R. En el Señor se encuentra la misericordia
Desde lo
más profundo te invoco,
¡Señor.
Señor, oye mi voz!
Estén
tus oídos atentos
al
clamor de mi plegaria. R.
Si
tienes en cuenta las culpas, Señor,
¿quién
podrá subsistir?
Pero en
ti se encuentra el perdón,
para que
seas temido. R.
Mi alma
espera en el Señor,
y yo
confío en su palabra.
Mi alma
espera al Señor,
más que
el centinela la aurora. R.
Como el
centinela espera la aurora, espere Israel al Señor,
porque
en él se encuentra la misericordia
y la
redención en abundancia:
él
redimirá a Israel de todos sus pecados. R.
2ª Lectura
Lectura de la carta del Apóstol san
Pablo a los cristianos de Galacia 4, 4-7
Hermanos: Cuando se cumplió el
tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la
Ley, para redimir a los que estaban sometidos a la Ley y hacernos hijos
adoptivos. Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios envió a nuestros
corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo: ¡Abba!, es
decir, ¡Padre! Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero
por la gracia de Dios.
Palabra de Dios
Aleluya (Lc 1, 42)
Aleluya. ¡Bendita eres entre todas
las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! Aleluya.
Evangelio
Ì Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 19, 25-27
Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo:
«Aquí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
«Aquí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
Palabra del Señor.
Oración sobre las ofrendas
Recibe, Señor, los frutos de
nuestra tierra y del trabajo de este pueblo que se acoge a la protección de la
Madre de tu Hijo, la Virgen del Carmen; haz que la ofrenda de estos dones, por
la intercesión de nuestra Protectora,
nos una más y más en el misterio de Cristo, tu Hijo y nuestro Redentor,
que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA, II
La Iglesia
alaba a Dios con las palabras de María
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el
Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro
Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, Señor, Padre santo, reconocer tu grandeza en la perfección de los santos, y proclamar especialmente tu inmensa bondad al conmemorar a la santísima Virgen María.
Porque tú realizaste grandes cosas en el mundo y diste pruebas de tu infinita misericordia cuando miraste la pequeñez de tu servidora, y por medio de ella, nos diste al autor de nuestra salvación, Jesucristo, tu Hijo y nuestro Señor.
Por él, adoran a tu grandeza todos los ángeles que se alegran en tu presencia. Permítenos unirnos a sus voces, cantando con el mismo entusiasmo:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de comunión
Santísima Virgen María, Reina del
mundo, tú que diste a luz a Cristo, Señor y Salvador de todos, intercede por
nuestra paz y nuestra salvación.
Oración después de la comunión
Hemos recibido, Padre, en esta
celebración de la Virgen del Carmen, la Palabra y el Cuerpo de tu Hijo;
concédenos, con estos auxilios y con la protección de María, alcanzar en la
gloria de tu Reino la alegría de la perfecta unidad. Por Jesucristo nuestro
Señor.
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